Contra todo pronostico
me fui a aquella fiesta,
las luces, los flahes, la música,
el frenesí.
Corrían y corrían las copas,
vino,
vodka,
cerveza,
wiskey
y todo lo que puedas imaginar.
Los demonios me mostraban las bragas,
me seducían, me mostraban aquel camino
de tanto placer.
Hoy los aplasté, los miré a la cara
y les dije que no.
Que tengo demasiado por lo que luchar,
no estoy solo esta vez y eso les quita poder.
No espero que me entiendan,
pero no puedo dejar de vivir,
de sentir y experimentar.
No voy a apagar lentamente mi vid
mientras la muerte
sigue a la vuelta de la esquina.
Javier