El suficiente equilibrio para montar mi bicicleta,
tal vez mi motocicleta cuando me sea permitido,
para surcar el mar infinito.
El suficiente equilibrio para no replicar a Hemingway
con los sesos desparramados en la alfombra,
ni la soga al cuello.
El suficiente equilibrio para no terminar tan pronto en cementerios,
lejos de la cárcel y los manicomios,
la suficiente cordura para no ir a buscarte.
Solo necesitaba mantener el mínimo equilibrio,
reguardar solo aquella pequeña porción.
para ser fantástico,
en la exquisita y maravillosa locura.
Lo justo y necesario para la gran escena,
en la obra perfecta,
para demostrarme que es posible
inventar la realidad
Javier