Habían códigos que no podía romper, no por absurdas lealtades, simplemente quería que todos aprendieran lecciones a su propio ritmo.
Hablamos con Catalina sobre libros, mientras la tercera cerveza me tienta a decirle que su novio es un imbecil jajajajja
Yo también lo soy, pero por lo menos honesto al respecto
Infielmente tuyo,
Javier