Quizás si , quizás si ella estuviera un poco prohibida como una pieza de museo que solo se deba observar bajo reglas claras. Como la novia de tu mejor amigo, la prima prohibida, la mamá de tu compañero de clases.
Pues yo rompí todas aquellas reglas y envié un mensaje en apariencia inocente y me gané otro ticket al infierno, tal como lo venía haciendo siempre, sin importarme un carajo las consecuencias.
Otra de aquellas maniobras del chico suicida.
Aquel sostén rojo aún adorna mi habitación y el pensamiento recurrente a pecado me divierte.
Infielmente tuyo,
Javier