
Viviendo y jugandome la vida,
bastante alejado del teléfono móvil.
Como siempre quise,
sentarse a compartir con personas diferentes cada día,
hipnotizado por la luna y los senderos que nunca acaban.
No hay rastros de navidad,
eso me pone contento.
Nada que fingir.
Algo de ternura en la mirada . . .
Infielmente tuyo,
Javier