Pasábamos por estación plaza egaña, concentradisima, absorta en su mundo se leía el titulo:
Adulterio de Coelho
La falda corta y la manera en que mordía sus labios la delataban.
Tomé el martillo, rompí el vidrio y accione el freno de emergencia. Le digo a los dioses: dejen de ponerme a prueba , no quiero ganar.
Javier