Cuando viaje a la latitud norte 50 grados fue ya una traición para el espíritu.
La latitud 50 grados norte me hizo cerrar la boca, tragarme las palabras y sentirme perturbado, como un criminal después de un asesinato.
La latitud 50 grados norte me seduce con ese aire fresco que le sigue a la lluvia, donde se hace imposible colonizar, por que es territorio con bandera.
Me compré un ticket a la latitud 50 grados norte, pero no había renovado mi pasaporte y todo mi historial de crímenes salieron a la luz, me jugaron en contra.
No dejo de suspirar como los idiotas, cerrando las piernas, saliendo y no entrando en habitaciones clandestinas, no por ti, solo por mi, por que ya no van conmigo las cosas a medias
YA NO,
Javier