Se me acerco la Gitana y al tomarme la mano su cara me recordó a la misma expresión que puso Domingo cuando me vio por primera vez en el Liberty de Valparaíso.
-“Estás en llamas chico”-
Se espantó y descubrió al instante que había visto demasiadas cosas, que sabia demasiadas cosas, que había experimentando todo, la vida, la muerte, la alegría, el dolor, la angustia, la soledad, el amor, la paz, el caos.
Se aterró con toda la alquimia con la que me la paso jugando, como puedo torcer la realidad y volverla a cada minuto más interesante, como voy y trastorno todo a mi lado y fluyo en la corriente del tiempo a mi antojo, sin reglas.
Le conté yo un par de secretos y como me sabia de memoria las lineas de mis manos, sabia además leer muy bien las constelaciones y que podía de vez en cuando como quien dibuja un mapa realizar movimientos fantásticos en mi historia.
Se quedó congelada y me entregó su amuleto.
No hay retorno.
Suena Last Chance de Turin Brakes
Javier