De pronto encendí la música y la realidad pareció suficiente, cómo si hubiese respirado un nuevo aire.
Pasaba la idea por mi cabeza de que llevaba un par de semanas sin perderme en el sexo de nadie y ya no sentía esa locura tremenda por ir y perderme.
Solo pasaban por mi mente ciertas ideas de tranquilidad, aire tibio de primavera, una buena mujer con quien conversar hasta el amanecer, un poco de complicidad, un poco de ternura.
Debía romper ciertos ciclos, el tiempo apremia.
Lo tengo todo