Se te pasó siquiera por un instante que la vida se transformaría en esta constante escena de escape, evasión cómo comentaron tantos de mis psiquiatras.
Pensasteis que el placer vendría a n solitario, navegando a deshoras en un egoísmo exquisito.
Desconectarse de todo lo que sea sustancia, para sentirse vivo, al costado de un carretera, en una gasolinería o con la batería del teléfono muerta. Placeres como el contemplar una ola solitaria, en medio del desierto y preguntarte por el estado real de la cosas, pensar seriamente en estados oníricos y fantasiosos, producto de los juegos mentales.
Pensaste alguna vez que estarías dispuesto a todo por solo un instante de ello, por tu porción de felicidad , libertad y que requeriría de todo el coraje.
No había otro camino.
Infielmente tuyo,
Javier
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