Puede ir todo meteóricamente rápido a mi alrededor, puede estar la ciudad en llamas y el planeta tierra siendo sacudido por la fuerza de la naturaleza. Pueden todos los mercados financieros venirse abajo e incluso aparecerse dios en algún bar.
Y ahí estaba yo en mi caminar lento, con la música continuamente sonando y algún café bien cargado en mi mano izquierda, como si el espacio tiempo no aplicara sobre mi, como si hubiera abierto un portal a una dimensión bastante interesante, bastante cautivadora.
Javier