Sigo aprendiendo a hackear mi cabeza, a reconocer las trampas, la dirección de ciertos pensamientos, a no caer en los mecanismos saboteadores del espíritu. Cuando la escritura no se hace suficiente siempre está la aventura en la cima de alguna montaña, tomar un ticket y encontrar el mar.
Acelerar el pulso, uno de mis mayores encantos
Que ganancia !