Muchachito, esperaba tu correo electrónico hace varias semanas,
ah sí, tal como lo pediste no hablaré al respecto,
por que hay ciertos códigos que si puedo seguir,
hay cierta lealtad en la desesperación.
Por eso tienes todo mi respeto,
mismo respeto que tuve cada vez que pensaba en referirme a ti,
por que jamas juzgue,
jamas hable mal de ti en lo mínimo,
incluso tuviste un aliado,
intentando justificar lo que no me correspondía.
Por que ahí esta el amor,
en las medidas extremas,
en plantearnos lo que nunca habíamos pensado,
ponernos a prueba.
Espero que ya no hayan paginas en blanco,
la escritura puede ser liberadora.
Nunca es tan tarde como pensamos,
pero se requiere una revolución
sabes donde encontrarme . . .
Un sincero abrazo
Javier