No sobrio, pero sí abstinente por mucho tiempo, recuerdo sabotear cada oportunidad, recuerdo la auto destrucción programada, en forma recurrente, suicidio cotidiano.
Dejé todo eso en una caja de Pandora, ahí en el rincón más oscuro, en el rincón al cual solo podría tener acceso a través de la memoria, donde ya no podía volver.
Hoy aun quedan un par de cuentas que saldar y daños que reparar, pero el camino es claro. He aceptado la propuesta de George y renunciaré a mi trabajo la próxima semana para embarcarme en esta nueva aventura, para seguir comiendome el mundo, para seguir usando mis extraños métodos.
He dado una pelea extraordinaria y he tenido los brazos arriba todo el tiempo, soy un magnifico luchador.
Javier